viernes, 30 de julio de 2010

Dónde

No me pregunto ni quién soy, ni quién eres, ni quiénes fuimos; ni quiénes seremos. A veces la pregunta que me asalta cuando estoy en cama es, más bien, a dónde nos lleva el camino; si todo este trayecto, estos baches, estos granos que nos encontramos merecen la pena; si en verdad aprendemos y nos damos cuenta de que no existe un mañana, de que vivimos como si no lo hubiera, al menos; porque todo es hoy.
A ver si me explico:
a) haz el esfuerzo de recordar tu primer recuerdo de la niñez; ya sea jugando en el parque, o comiendo, o bajando en un carrito por la calle... Ahora, mantenlo presente.
b) recuerda una discusión con tus padres (recuerda el mantenerlo en la cabeza);
c) recuerda un momento muy feliz con ellos (un poco más);
d) tu primer beso;
e) la última vez que lloraste de veras por alguien;
f) la última carcajada limpia que soltaste.

Ahora vuélvelas a leerlas todas rápidamente, mientras las vuelves a vivir, al mismo tiempo. Nada es el pasado, nada es el presente. Todo sucede en el mismo instante, no importa el año, ni el día; ni siquiera si llueve o hace sol, si hace frío o si no. Es por eso que no hay "hoy", porque estás viviéndolo todo simultáneamente, sólo que tu conciencia no es capaz de percibir lo que viene después. O, al menos, la mayor parte de las veces...

Y yo sólo quiero saber si vivir la vida merece la pena.

jueves, 29 de julio de 2010

No te puedo decir lo que es

Todos se arrepintieron de haberlo hecho mal, pero no se echaron atrás y seguir anclados en el pasado; simplemente echaron una ojeada para tener claro que habían aprendido la lección y no volver a repetir los errores.

Se fueron conociendo entre ellos, todos aquéllos que habían cometido errores importantes, fallos catastróficos; se juntaron la mayoría de ellos, pues algunos ya se habían perdido a lo largo del tiempo. Se reunieron y ahora están juntos, no en el mismo libro, no en la misma estantería; pero están de forma escrita para que ahora NOSOTROS seamos los que aprendamos a tiempo; o, al menos, distingamos, diferenciemos conceptos, maneras de vivir.

martes, 27 de julio de 2010

Me verás levantarme

El chico dejó de ver el sol. Fue entonces cuando quedó cegado, el momento en que se perdió la luz y tuvo que encomendarse a la tarea de ver el mundo de un modo en que nunca antes había visto.
Fue largo y complicado el proceso de acostumbrarse a las tinieblas, pero, poco a poco, fue viendo las siluetas, las formas, incluso las esquinas; le gustó descubrir que le gustaba distinguir también por el sonido las distintas figuras y acciones que por allí se movían; nada era blanco, nada era verde, ni azul, ni rojo, ni siquiera amarillo: era redondo, con salientes puntiagudos o curvos; con el rozamiento con el suelo podían producir un ruido ensordecedor, o simplemente deslizarse, dejando un ligero murmullo en el aire como si de un riachuelo se tratase.
Su primera "vuelta" a la luz fue escalofriante... pero hermosa.

lunes, 26 de julio de 2010

Me muero de ganas...

...de gritar durante "el concierto", cantar, si fuere posible, que se me erice el vello de la nuca y de los brazos;
...de quedarme una noche en vela entera sin dejar de desear reírme, llorar y reír de nuevo; de hablar del mundanal ruido de fuera de la habitación, porque nos importa demasiado para evitar hablar de ello;
...de dejarme llevar por ti, de no volver nunca hacia atrás; de no esperar por ti porque ya estás aquí;
...de ser capaz de moverme a lo largo de mi línea temporal (de nuestra) y ser capaz que nuestras vidas sí merecen la pena, realmente;
...de encontrar mi verdadero sitio de recreo, y saber si es mío única y exclusivamente, o si simplemente es mío, porque decidí compartirlo;
...de saberlo todo, absolutamente todo...

Pero de lo que más me muero es de ganas de ti...