Me han gustado los dibujos a doble página, los colores y algunas imágenes enteras sin contar el color. Me han gustado algunos diálogos, pero lo que más me ha gustado es la narración. Ya desde las primeras páginas. Siempre he estado obsesionado con la narración de las historias porque entiendo que es la base sobre la que se sustentan. He de decir que me ha convencido la narración. No esa sed de venganza. Es lo que no me ha gustado de la obra. Es lo que no me suele gustar de ningún sitio. Entender la entiendo. Creo que lo que temo es que se entienda que la venganza es lo mejor. Es una respuesta lógica, sí, lo sé. Beowulf es un monstruo que trata con otros monstruos. Es básicamente eso, otra época más épica. Me ha gustado y no me ha gustado esa obstinación que tiene por el por fin ser alguien una vez haya muerto.
Ha habido dos momentos en particular que me han hecho gracia. Uno, cuando le arranca el brazo a Grendel y Beowulf se queda desnudo con el brazo ese que parece salir de su entrepierna y que le queda colgando; también me ha gustado esa imagen que muestro a continuación en la que Bewoulf parece querer recordar al Rey Arturo, figura que me fascinaba de pequeño y me ha vuelto a fascinar en las últimas semanas.
En el fondo, no sé si ha sido una primera lectura en la que me haya sentido emocionalmente compensado porque mis expectativas eran muy altas. Sí ha compensado buena parte, al menos y doy las gracias por ello. El tiempo, que ni de broma cura las heridas, me dirá qué debo hacer con el resto.
Te llegará el turno para morir...