Dime cuántas veces has pensado en levantarte a descansar, que sino tu cabeza no deja de pensar. Yo lo hago frecuentemente. Mis ojos, como buena extensión de mi cerebro, no descansan y necesitan cerrarse al caminar y ser un poco más ciegos; retomar el camino, cegarse un poco, continuar.
Si es cuestión de resistir, resistiremos tan elegantes, y entre las flores no diremos adiós, sino que perderemos gritos ahogados que no significan otra cosa que un saluda de binvenida a la velocidad. Se me está yendo la cabeza en tiempo récord.
miércoles, 27 de febrero de 2013
Reckonstrucción
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