miércoles, 24 de abril de 2013

Causando estragos al sentimiento

No me gusta la parafernalia que se suele evocar en los eventos como el que tengo mañana. Me gusta el día a día. El demostrar debería ser periódico. Y lo es, en cierto modo. La cuestión es que nos gusta reunirnos todos juntos, y es una ocasión especial. Son cinco años de carrera que aún parecen lejos de acabar. Parecen.

La casualidad me llevó ayer a un Pizza Móvil al que no volvía desde septiembre de 2008. Fue el primer sitio donde cené con un compañero de piso, el segundo sitio en el que cené en Santiago. Fue gracioso. Emotivo también. Más por el estrés que supone esta semana, este mes que queda. Fue bonito y duro mientras duró. Fue también llevadero por bastantes momentos, pero no recuerdo cuándo fue la última vez que lo fue. Espero que mañana sí lo sea

miércoles, 10 de abril de 2013

Esta vez no.

Has vuelto a hablar en sueños. Me gustó.

Palpitando presiona el corazón en las pausas que nos da la razón para volvernos un poco más locos. Locos como la incesante e impertinente sensación de que se escapan los segundos de los dedos, que los sueños se apoderan de tus muñecas, el cansancio de tus caderas; el miedo, de tu espalda. Perdemos el equilibrio de la consciencia. Nuestros argumentos ya no son válidos ni cuando discutimos con nuestro ombligo.


"Entiéndeme si digo que quiero que termine, pero no quiero empezar; no quiero empezar de nuevo. [...]
Y aunque no quieras irte y yo prefiera estar contigo, y aunque sea verdad que ha sido así tantas otras veces... Oh... tantas otras veces... Esta vez no. ¡Esta vez no! ¡Esta vez no!"

martes, 2 de abril de 2013

Crónica de un hombre de ninguna parte sin ninguna historia.

Deshagamos una canción, compongamos el más corto y mejor poema, narremos la vida tal y como es, dibujemos los ojos más bonitos, cantemos el mejor orgasmo. El menos serio de los párrafos contendrá algo real e irrefutable, el pareado más esquivo será el más delicioso. No se podrá negar que la pieza artística resultante, como pocas hasta ahora hay, será más real y satisfactoria que la vida; no porque haya dragones, sino porque sabemos que podemos vencerlos y dominarlos, como podemos dominar nuestros mayores temores.