domingo, 30 de septiembre de 2012

"He venido a beber y a escribir."

En los tiempos que corren, ambas cosas son tan sencillas como complicadas. Primero, porque las cosas están difíciles, bajan sueldos (a los que lo tienen), reducen becas (tanto en cantidad de número de ellas como  lo que dan por cada una), aumentan precios, por lo que cada uno se enfada y puede salir a beber penas. Pero. Sí, pero como ha ocurrido todo lo anterior, no puedes. Hay que ahorrar. Por eso es fácil y difícil. Quieres y no puedes. Pero con esto y todo.
Si te enfadas, también puedes escribir, con lo que te enfadas más, decidiendo tranquilizarte un poco llegando a "conformarte un poco". Y conformarse parece que provoca que las cosas parezcan estar bien, como si estuvieran perfectas. Y la perfección es, como dijo el otro día un profesor de la facultad de Literatura Norteamericana, el enemigo de la poesía. Y vale, yo en particular, por ejemplo, no escribo poesía, pero se puede extender a cualquier ámbito artístico: la conformidad conlleva una simplicidad aparente del ser que es irreal e innecesaria. Lo es, sencillamente, porque necesitamos querer luchar por algo, y no sólo desde el plano personal. Vale, sí, mi querer escribir es bastante personal, pero en mi caso también tiene que ver con mi percepción tan peculiar de la sociedad (y de la realidad). No estoy contento, y no puedo estarlo.

Permiso.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Despertar.

Hay palabras que tienen de por sí más belleza y brillo que otras. Es lógica. Mi profesora de gallego decía que la palabra más bonita en gallego es "bolboreta". No sé. Quizá. Quizá no. Yo no estoy de acuerdo. Pero es una opinión respetable.
Hay épocas en las que para uno hay palabras que son más o menos bellas, más o menos lógicas, más o menos verdaderas. Es cuestión de subjetividad. Depende de la época en la que vivas, cómo te encuentres. Quizá no sea más subjetivo este grupo que el primero a la hora de la decisión, pero, en un principio (y en un final), eso parece.

Yo pondría en el primer grupo la palabra "salitre". Quizá esté también ligada al segundo grupo, y mis ganas de huir, de desligarme de la sociedad hagan mella en mi decisión, pero la verdad es que si pienso en la palabra, muchas imágenes agradables, sensaciones cómodas vienen a mi cabeza y me relajan. Puede ser. No voy a decir "no". Jamás. En el segundo saco metería la palabra "huir", tanto por cosas buenas como malas; también "invierno", "nada", "final", "ya". Y también "y".

Think about it.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Mi Tierra


Ni el mundo es tan fácil y sencillo como los tuits de Amaia Montero, ni es tan duro como te lo puedo llegar a explicar yo, que estoy más triste de lo que debería estar.
No esperéis que empiece a hablar de experiencias claras, ni de cuestiones mínimamente previsibles. Lo único posible es que captéis de dónde puede proceder esta cadena de autodestrucción. Si es que llegáis a tanto.
La cuestión es que el mundo es mundo. Y nada más. No es un hogar, no es nada. No es ninguna palabra humana, por lo que tampoco sería mundo. No nos pertenece, por eso cualquier definición, por mínima que sea, sobra. Nuestras palabras, nuestra lógica, y nuestra moral, nada de eso va a poder llegar a entender ni explicar qué es, porque somos seres corruptos por naturaleza. No en el sentido actual de la palabra, con esas connotaciones socio-políticas que a todos nos vienen a la cabeza. Sino en el propio pensamiento. Somos corruptibles en nosotros mismos, corruptibles por los demás, y corruptibles hacia los demás. Nuestro pensamiento de dualidad/trialidad y prefijos de infinitas posibilidades nos dará siempre diferentes posibilidades, sin ser ninguna ‘buena’, ninguna ‘mala’ pero que, aun así, nunca llegará a toda posibilidad que nos ofrece el mundo. Cuando de un suceso se te pasan miles de posibilidades distintas por la cabeza, siendo de todos los colores y sabores, sufrimientos y dolores, alegrías y amores, ahí puede que te estés acercando ‘un poquito’ (nótese el énfasis) a todo lo que se nos ofrece (con su correspondiente agobio existencial). Porque lo que digo es que eso nos lo ofrece un simple y sencillo evento que nada va a cambiar el transcurso de los hechos en la sociedad, por mínima que sea. Si llegáramos a alcanzar el conocimiento de la mitad de las posibilidades que nos ofrece, quizá entonces seamos capaz de crear algo interesante, quizá podamos reinventarnos y empezar ‘de cero’. No, de cero no; empezaríamos tan adelante, que el ‘cero’ está a millones de años luz (por usar un sistema de medida comprendido por nosotros) y que, sería tan fantástico, que no nos haría falta empezar. Ni acabar.
Quizá estoy violando leyes de pensamiento, puede que esté sólo ligeramente agobiado; en realidad, es muy probable que lo único que estoy escribiendo son tonterías, que haga un poco acopio de esa pseudo-filosofía que tanto tiendo a rechazar y de la que suelo enorgullecerme de carecer en mis pensamientos. Creo que, seguramente, la rechace porque mi cabeza da cabida a muchas de ellas y no esté de acuerdo con ninguna de ellas.
Quizá me guste demasiado la palabra ‘quizá’, pero quizá necesitaba un poco de agobio existencial para poder retomar mi teclado y pantalla y poder escribir durante un ratillo. Un besi.



sábado, 15 de septiembre de 2012

Confía en mí. Nunca has soñado poder gritar.

Es horrible el miedo incontenible.
Entonces ven, dame pedazo, no te conozco cuando dices "qué felices, qué caras más tristes".

¡Qué felices, qué caras más tristes!

jueves, 6 de septiembre de 2012

Lo que nos queda por pasar.

Yo no creo, para nada, en el libre albedrío. Sí, creo que podemos tener que ver mínimamente en la toma de nuestras decisiones, pero no somos los dueños y señores de ellos. No creo por ello que haya una fuerza superior que nos guíe y escoja por nosotros, no hay una fuerza "divina". Sí se puede decir que lo divino es lo natural. La selección natural, que siempre tiene lógica, aunque no humana. Nuestro entendimiento puede llegar a alcanzar ese conocimiento, pero no siempre. Si somos así somos porque lo hemos conseguido a través de nuestros medios, pero también porque la naturaleza lo ha querido así. No creo en la casualidad, para nada; a mí edad, y ya no creo que exista. Sólo la ilusión de la casualidad. Toda decisión es la correcta, porque es la que te lleva al final. El final de algo, que es lo que importa. Quizás no haya sido la "mejor" decisión, la que desde un punto de vista más egocéntrico haya sido la "más buena" para uno mismo, o para los demás, pero es lo correcto, lo acertado.

Es altamente probable que no estés de acuerdo con lo que he dicho, y también es, con incluso mayor probabilidad, que no haya escrito todo, no me haya explicado suficiente como para hacerme suficientemente claro, pero recordad que este es el espacio de un bloguero de mierda, y son los minutos paranoicos que me han entrado después del café.

martes, 4 de septiembre de 2012

Extractos (II)


Una vez sumergidos en el clima de la zona, con el viento atravesándoles el cuerpo de la cabeza a los pies, metiéndoles también la humedad por los ojos, ya que por los poros poco más podía entrar, empezaron a recuperar poco a poco los sentidos amortiguados por las condiciones climáticas. La vista, aunque fue la primera en recuperarse plenamente, no era la más fiable. Todo era idéntico entre sí. Aunque ya no tanto. Las primeras horas, cuanto más se adentraban en el continente tras el viaje, la variación era menor. Si bien el viento corría mucho más rápido y les había hecho ir muy lentamente, agradecían al caballo volador haberles dejado en la playa, y no en el enorme acantilado que se veía a un par de kilómetros. Y aún sin estar en lo alto, todo parecía el mismo tipo de roca. Quizás no hubiera sido tanto tiempo como creían, ni tan poco variado el paisaje, pero la excesiva precaución con la que caminaban había cambiado su percepción del tiempo debido a los nervios.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Un travelling algo veloz.

Prométeme que cuando nos ocurra como en la canción, cuando digas 'qué felices, qué caras más tristes', prométeme que intentaremos volver a sonreír. Como cuando pensábamos 'qué tristes, qué caras más felices'. Prométemelo.

Último trimestre de 2012.