domingo, 31 de julio de 2011

Vicio #1: buscar culpables

En el suelo sin vida yacía, sin vida, el cuerpo mutilado. Cuatro veces habían clavado el puñal en el cuerpo de aquel hombre que, en un principio, les parecía desconocido.
Una puñalada, la que parecía más reciente, era la que estaba en las proximidades del corazón, un poco más abajo. Tenía dos prácticamente simétricas, una en cada hombro. La última por analizar era la más antigua y la más violenta: era en la frente. El cuchillo, la teórica arma del crimen, le había penetrado unos cuantos centímetros, y la sangre bajaba hasta el pecho, y ya estaba seca. Eso quería decir dos cosas, por lo menos: que estaba en vertical en el momento en el que la hendidura se produjo, y que ya habían pasado varias horas. Con la sangre se había hecho unas líneas. Se unían todas las heridas; de todas parecía un hilo de sangre que llegaban a un punto que parecía ser el centro, el final del camino. O el principio. No había indicios de violencia, de forcejeo. Y menos pruebas había de que fuera un ataque llevado a cabo por una persona ultra-religiosa, a pesar del posible simbolismo que se podía sacar.

viernes, 29 de julio de 2011

Mi suerte

No tengo dudas: ayer me dejé llevar y salió demasiado bien. Sé que sin ellos duele más. No sólo ellos, sino toda esa gente que me permite jugar al azar son lo que me hace grande. Lo que es empezar con una buena autocrítica te puede llevar a tener esos días raros, y muchas veces te lleva a mezclar flashes (esta vez del concierto) con alcohol. A mí mi suerte me hizo grande anoche, y tenerlos delante de mí otra vez la semana que viene sí que será el bum definitivo. Porque fueron Valientes ayer, dejándose al hombre del saco para el final, para cuando nos íbamos a dormir, para meternos miedo. Y ya veis, vuestro juego me ha dejado así. A pesar de que me llevó la tormenta y el tiempo, a pesar de que la marea me dejó el corazón enterrado... difícilmente lo recuperaré.
Porque miraron con la duda entre los dedos, y a mí me aclararon que no se salva quien puede, sino quien quiere. Y ellos quieren. No siguieron cualquier camino para llegar aquí, siguieron las baldosas amarillas y llegaron a buen puerto. Eso sí, quizás no sabían que el camino empezaba en el río, y que tendrían que agenciarse de cenas ajenas para sobrevivir, y que todavía hay vicios por perfeccionar en los días raros. Fue nuestro pequeño desastre animal, y Argentina no lloró más, ni por ti, ni por mí.

martes, 26 de julio de 2011

Estamos trabajando en ello

La obra siempre supera al artista, ese es el fin y el medio que más se repite, y, en el fondo, el que más debe importarme. Estoy trabajando en ello! (no por la persona, por el acento: http://www.youtube.com/watch?v=C711JCUZD38 )

lunes, 25 de julio de 2011

Jirafa

Está enfermo. No deja de ver imágenes ajenas a él, ajenas al mundo real. Un folio limpio lo ve lleno de letras, y esas letras hablan. Hablan de otros enfermos que veían otras cosas. Alguno, por ejemplo, veía qué podía haber en un kilómetro cuadrado de terreno vacío; otro, veía la solución al problema que derivaba en vómitos y diarrea.
Mucha gente diría que esa gente es la que merece la pena, porque ayudan a los demás de algún modo. Ellos mismos, para sí, admitían tener un problema. Era necesario hacer esas acciones, no por los demás, sino más por ellos mismos. Sí que ayudaban a los demás, era obvio, pero en el fondo eran actos egoístas: necesitaban ayudar porque sino no podían vivir tranquilos.

domingo, 24 de julio de 2011

Nada.

Yo creo que tú crees en lo increíble, sabiendo que no vale de nada; porque si vale, sí vale, y si el pasado es presente y el futuro es lo que nos queda, lo que nos queda es nada.

martes, 19 de julio de 2011

Van a dar al mar

No te olvides de mi nombre. Tampoco del tuyo. De ningún nombre, ya designe personas, objetos, sentimientos, sensaciones... No importa de dónde vengas, a dónde vayas, mientras recuerdes esas pequeñas cosas. Porque el mundo es (bastante) grande, y no podemos permitirnos el lujo de olvidarnos de alguien, de dejar a esa persona atrás. Tampoco podemos dejar el pasado atrás. Habrá gente que te dirá que avances, sin mirar atrás. Yo creo que mires atrás, que DEBES hacerlo. No sólo has sufrido, sino que también has disfrutado. Ahora eres quien eres por todo aquello. No fuerces, no huyas, pero NUNCA dejes de mirar atrás de vez en cuando. ¿No estás cansada de querer cambiar?

A veces pienso que no sabemos recordar. Más bien, no distinguimos la diferencia entre recordar y echar de menos. Esto último parece conllevar ciertas connotaciones referidas al presente. Al menos me lo parece. Cuando es excesiva la añoranza, olvidas cómo es lo que echas de menos. Recuerdas el concepto, y que te gustaba, pero ya no lo recuerdas. Que lo recuerdes no significa que lo echas de menos. ¿Ves la diferencia?

No te obligues a olvidar, ya el tiempo pondrá de su parte. Las cosas dejan de existir cuando se olvidan. ¿Cómo decía aquella poesía sobre que "nuestras vidas son los ríos que van a dar al mar"?

lunes, 18 de julio de 2011

Recorrer de memoria el guión

Se perdió. No físicamente, sino sólo su hilo de pensamientos. Miraba al vacío. El volumen de las masas se había comprimido de tal forma que se había deformada. Y ella, en cambio, ahí seguía, de cuclillas, rodeando sus piernas con los brazos.
Sin embargo, sin saber cómo, estaba de pie, con una piedra en la mano, y había sangre. Se encontraba mirando la piedra, aunque no hacía falta mucho esfuerzo para poder de dónde procedía la sangre. A dos metros de donde se encontraba ella, había, en el suelo, un cuerpo de perro. Cuerpo, obviamente. En sí, si hubiera un perro, es que estaba vivo; pero, al estar muerto, era, simplemente, un cuerpo de perro. ¿Cómo había llegado ahí? ¿Dónde se había metido la gente? ¿Cómo había llegado hasta... allí?

¡Riiiiiing!

El Cielo de Madrid

Otra vez las calles vacías,
el viento soplando cada vez más fuerte,
pero mis ojos no quieren cerrarse
y salgo buscando lo que me falta en el cielo de Madrid.

El frío golpea en la noche,
todos duermen en aparente tranquilidad,
pero el naranja de los semáforos
me descubre unos hombres durmiendo entre cajas de cartón.

Puede que hoy tenga algo más de suerte,
quizás hoy pueda volver a verte,
quizás tenga algo más de suerte
esta vez...

¿Cuántas veces he pensado ya
en dejar este lugar hostil?
Pero como en los libros de mi infancia
siempre elijo la página que me devuelve al mismo lugar.

Me adentro en un extraño bar
donde se reúnen las almas solitarias,
impacientes en la puerta del baño
evitan el espejo por miedo a lo que puedan encontrar.

Puede que hoy tenga algo más de suerte,
quizás hoy pueda volver a verte,
quizás tenga algo más de suerte
esta vez...

Al otro lado de la ciudad,
en un lugar todavía más oscuro,
las arañas esperan en su red
que una desorientada mariposa caiga en su trampa.

Ya se oye el ruido de las escobas,
vuelvo despacio camino del hogar,
ojalá no sucumbieras a las garras de la noche,
ojalá pronto tus ojos vuelvan a brillar con fuerza,
ojalá pronto vuelvan a brillar en la oscuridad del río.

Puede que hoy tenga algo más de suerte,
quizás hoy pueda volver a verte,
quizás tenga algo más de suerte
esta vez...

Me estaré volviendo humano

Cada vez que algo le costaba superar, se le venía el mundo abajo. No conocía la búsqueda por la autosuperación, por mucho que le dijeran que sí. Que había sobrevivido a cosas horribles. Pero no era para nada cierto. En realidad, le habían sobrevivido. Le habían ayudado, "obligado" a luchar, seguir adelante. Si por él fuera, su capacidad de aprendizaje, lucha, amor propio, habría muerto hacía años. ¿Por qué los demás le inducían tanta dinámica de supervivencia si a él tampoco le importaba carecer de esa capacidad por cuenta propia?

domingo, 17 de julio de 2011

El viaje más largo

Bueno, la anterior entrada ha sido un intento de conquista por mi parte. Quería intentar demostrar lo mucho que necesito la lectura en mi vida. Si no se demuestra ya suficiente con esta basurilla de tres al cuarto de blog, quizás sí lo consigo con esta breve reflexión.

Sí, ayer por fin acabó la adaptación de mi saga literaria favorita al cine. Han sido muchos años los que he, hemos, tenido que esperar para verlo. Nada más y nada menos que 10 años (desde la primera película).

Y es que cada vez más encuentro gente como yo. Gente que disfruta leyendo, gente que incluso ama la lectura gracias a este fenómeno. Yo creo que no sólo rozo el amor a esta serie, sino que rebaso la línea, llegando a obsesión. Creo que tenía unos 9 o 10 años cuando leí el primer libro. 18 cuando leí el último (en español). Los leo y me vuelven a encantar, me llevan a aquellas primeras lecturas, a tantas otras que hice a lo largo de estos años.

Y ha sido la última película la que me ha sacado por fin la lagrimilla. Lágrima, más bien. Para ser sincero, lágrimaS. Abundantes. No me había dado cuenta hasta ahora de lo que había sido para mí la lectura, y todo se lo debo a estos personajes, a esta autora. Soy lo que soy no sólo por mis circunstancias, por mis buenas (y malas) compañías (y a veces inexistentes), sino por mi amor por la lectura. Siempre me ha aliviado cualquier dolor, por grave que fuere. Tanto me gustaba esta saga, que mi cierto talento con el inglés me incitó a leerlo en inglés. Y sí, es cierto que no sólo participaron ESTOS libros en que ahora estudie lo que estoy estudiando ahora, pero me ayudaron a darme cuenta de que quería seguir estudiando inglés. De que era lo que quería. Que quería encontrar otros libros, cientos más, que intentaran llegar a gustarme tanto como estos siete. Y sí, ha habido alguno que me ha gustado mucho, incluso alguno me elevó a la enésima potencia, pero solía ser levemente decepcionante su continuación, o no era suficiente, algo faltaba.

Pero no importa, hoy me he dado cuenta de que tampoco quiero encontrar nada que me guste tanto como estos libros, porque han sido para mí una referencia, y espero recordarlo mientras sigan pasando los años. Y verdaderamente espero que esto último sea más cierto que lo anterior.

Gracias, de todo corazón, Jane Katherine Rowling, por el mundo que has creado para gente como yo. Lo conquistaste, y ahora no puedo recuperarlo. Lo tienen los libros, pero no sólo los tuyos; ni los ya escritos. Tengo mi corazón posado en los libros que vendrán: los buenos, los no tan buenos, los cortos, los largos, los infantiles, los juveniles, los de humor negro, los de vaqueros, los de ciencia-ficción...
"Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas."

Donde pertenecemos

Se estaba atando los cordones del zapato ("ardua tarea", siempre se repetía, "atarse los zapatos") cuando salió su esposa del baño, recién duchada, poniéndose la toalla en la cabeza mientras lucía su cuerpo desnudo, ya seco, preguntándole por el regalo que le había comprado a la niña. Hoy era su cumpleaños.
-Un libro- dijo resignado. Se lo había dicho ya decenas de veces.
-Ya, pero ¿por qué?- seguía sin entenderlo.- Ya desde hace años que la industria del libro físico no da beneficios. Solamente quedáis los frikis, pequeñas ratitas de biblioteca, que seguís diciendo que aún existe amor por los libros, que se puede aprender. Y ya ves, nunca habíamos prosperado tanto económicamente como en estos últimos quince años. ¡Pero si ni siquiera se compran libros ya! No sé por qué sigue habiendo escritores, si no pueden tener beneficios.
Daba igual las veces que razonara, que le explicara su porqué, nunca se acercaba a entenderlo.
-Cariño, no importa que no se gane dinero, ya te lo dije varias veces. Hay gente, más de la que crees, que tiene amor por lo que no es lo material, lo superficial. Existen esas vidas paralelas, esos rincones...
-¡Para eso ya tienen las consolitas! ¿No ves las historias, la diversión, incluso la socialización que provoca?
-Créeme que lo hago, pero no lo es todo. Hay formas y formas de contar las cosas, de llevarte a otros lugares que no sean métodos puramente visuales. Yo también jugué de joven a esos juegos, los disfruté. Incluso los amé. Pero me enamoré por primera vez de un libro. Y enamorarse de un libro es una actividad fantástica. A mí me cambiaron la vida. Sí, suene como suene; a mí, me ocurrió. Y me encanta. Si consigo que la niña sea tan feliz como lo he sido yo hasta ahora, toco madera. Porque espero seguir leyendo mucho, y durante mucho tiempo.

sábado, 16 de julio de 2011

Tormenta

No entiendo qué pasa. Esto va demasiado rápido, y aún así el tiempo apenas transcurre. Y todo es demasiado oscuro. ¿Por qué hay tantas nubes? Está todo tan sumamente sumergido en una atmósfera tan cargante que dan ganas de seguir corriendo. Hay tanto olor a oxígeno por la tormenta que se avecina que entra la necesidad de protegerse, porque "esto cae a la de ya".
¿Por qué hay tan poco ruido? La ciudad parece desierta, aunque sé que hay alguien. Sé que acabo de llamarla, pero en realidad ya no lo recuerdo, sólo queda "ese sentimiento". En realidad, no recuerdo cómo es que llegué aquí. No me importa en absoluto. Lo que quiero es librarme de la que se avecina.
Esto en 4 minutos se viene abajo. Como no encuentre asilo, de esta no salgo. ¿No se iba por aquí? Espera, no... "Bajo por aquí."
Bajo la calle por el puente azul. No dejo de preguntarme si no faltan edificios. "Esta ciudad era más grande", me quedé pensando. De inmediato reanudé la marcha. Las cosas no mejoraban.
Al instante me giré y di la vuelta. ¿Por qué no me acordaba del camino y me daba cuenta tarde? "No mejoro, no mejora, ¡vamos!, ¡vamos!"

jueves, 14 de julio de 2011

Mapas rojos

Desapareciste durante un tiempo, sólo volviendo a ratos, muy fugaces todos. Era la forma de estar presente, en forma de recuerdo. Sabiendo que al cabo de un tiempo ibas a desaparecer, tenías que dejar la huella más grande posible. Lo conseguiste. Pusiste el rojo en mis cuadros, mis exclamaciones en mis frases, e incluso mis interrogantes. En tan poco tiempo como el que tuvimos, me dejaste claro que no iba a poder conocer otra mujer igual. Y, sinceramente, no lo hice. Y tampoco creo que lo haga. Porque ahora que volviste ya no es igual. Ya no eres la misma. No eres como aquella de la primera vez; ni siquiera la última vez en la que te amé tan locamente. Ahora simplemente te quiero, y sé que no podría vivir con otra mujer que no sea contigo. Duele admitirlo, pero tampoco quiero que sea de otro modo.
Y mira que tu vuelta, al igual que tu adiós, fue completamente inesperado. Quizás, si cabe, más. No porque descubriera que mis sentimientos por ti no habían cambiado lo más mínimo, sino porque, a pesar de ello, no estaba preparado. Aún así, no pasaron más de dos semanas hasta que mi corazón estaba más roto que cuando te marchaste. Eras el mosquito que rondaba. Si no lo aplastas, o lo ahuyentas, te acaba picando. Esa picadura puede durar unos días, una semana... Depende de lo que rasques, de que intentes dejarlo pasar. Contigo podían ser meses, años, toda la vida... Finalmente te alenté a que me picaras y tú, como buena mosca tsé-tsé, me indujiste al sueño, del que nunca despertaré.
Ahora las interrogaciones son más frecuentes que las exclamaciones. Los cuadros tienen más colores que el rojo, blanco y negro. La monotonía nos acompaña tan a menudo que ya se ha convertido en una relación a tres.
Te pido perdón. Todo esto suena feo, quizás a arrepentimiento. No era mi intención. Es una bendición. La monotonía, la vida en colores, las interrogaciones... nada nunca tuvo más sentido que este presente. Somos el resultado de lo que tú has querido hacer con nosotros, y me gusta el resultado. No sabes hasta qué punto.

miércoles, 13 de julio de 2011

Verde que te quiero verde

Por fin se le curaron todas las cicatrices: las dos de la rodilla derecha, la del muslo izquierdo, la del costado, que apenas le había rasgado; la del hombro, y la que más tardó en curar, no sólo físicamente, la del lóbulo de la oreja derecha. Porque la cicatriz interna que le había quedado en el corazón no existía. Si existió, fue tan breve que ni la notó. Ya no sentía nada. Nada en lo referido a lo sentimental, a lo moral. Sólo cabía en su mente una única y temible idea. Su sangre era ahora color verde oliva. Verde venganza.

Orejas rojas

Esta mañana hace mucho frío. El viento me dio una bofetada en cada mejilla nada más salir de casa. Me las dejó rojitas rojitas. Por suerte, llevaba guantes. Y gorro. Nunca me lo dejaba en casa. Aquel invierno era realmente frío y cortaba más que el cuchillo que había cogido para llevar a clase. Esa mañana, iba a ocurrir algo.

lunes, 11 de julio de 2011

Historias de un maltratador

Mírame: con un gesto enciendo las luces, con otro las apago; con un simple movimiento consigo sacarte una sonrisa, y con otro te hago llorar. ¿Qué es lo que mereces y qué no? La verdad es que he pensado en ello, no creas que no lo he hecho, pero me da igual, eres mía. No debes comportarte así, y punto. Final de la historia. Interruptor, chiste, golpe.

¿Qué pides tú?

Y en cada esquina me desvelo, en cada esquina me rebelo contra todo mi ser. Cada noche enloquezco y me repito que no hace falta cambiar, que las cosas están bien tal y como están. Y otras tantas noches, en las que las drogas no me afectan (el amor, el alcohol, las amistades, la felicidad...), reitero mis intenciones de cambiar, que no me da la puta gana de ser aquel que todos ven en mí, por luchar por aquel que siempre he soñado ser y con el que soñé nunca conseguía ser. Por lo que las opciones siguen siendo las mismas: dejarlo pasar, o tomar las riendas. Siempre hay las otras dos invisibles: una mezcla de ambas, o ninguna de las anteriores. Escogí ninguna de las anteriores, aunque al final me dejaré llevar.

domingo, 10 de julio de 2011

Mr. Nobody

"¿Cómo fue todo antes del Big Bang? No hubo un "antes" pues antes de esto el tiempo no existió. El tiempo es el resultado de la expansión del Universo en sí. ¿Pero qué pasa cuando el Universo deja de expandirse?, ¿y el moviento es al reves?, ¿cuál sería entonces el tiempo natural?
Si la teoría de las cuerdas es correcta el Universo posee nueve dimensiones espaciales y una dimensión temporal. Podemos imaginar que en el comienzo todos los universos estaban mezclados y que durante la Gran Explosión surgieron sólo tres espacios de diferentes Universos: las tres dimensiones: altitud, longitud y profundidad, sin olvidar una cuarta dimensión que denominamos tiempo. ¿Qué pasa con los otros séis? La respuesta es que puede que sigan juntos.
Y si vivimos en un Universo atado con nudos de cuerdas, ¿cómo distinguimos entonces entre ilusión y realidad?
El tiempo como lo conocemos es un universo donde experimentamos sólo una dirección: hacia delante. Pero... ¿y si ese universo no fuera espacial sino atemporal?

Si mezclas el pure de patata con el tomate verás que ya es para siempre, no puedes volver a separarlos.
El humo que sale del cigarro de papá nunca vuelve a entrar.
No podemos volver atrás.
Por eso es difícil elegir.
Tienes que tomar la elección correcta.
Mientras no escojas, todo es una posibilidad."

Gritar grité

Tropezar tropecé, pero admitir no admitiré que caí; no volví a caer. Ser he sido quien cuando me atraganté aguanté más que quien lloró ya después de llover.

miércoles, 6 de julio de 2011

X

La puerta toró en vez de girar. No comprendieron por qué hasta que fue demasiado. Y así, de repente, "¡Bum!". Final.

martes, 5 de julio de 2011

"One" is the loneliest word that you'll ever see

La verdad es que si miras hacia atrás no te vas a reconocer. Has decidido cambiar: has escogido cosas buenas y cosas malas, cambiándolas por otras malas, y también buenas. Y es que era necesario. Hemos llegado aquí escogiendo muchas veces el dolor, el rechazo, porque también es parte de nosotros. Hemos reaccionado genial en unos casos, y muy mal en otros. No es por ser arrogante, pero yo no he escogido mal. Sé que me he confundido, pero ahora estamos aquí y no me arrepiento de nada. Me dan igual las formas, los momentos, las culpas y las responsabilidades. Aquí hay poca gente "responsable de sus actos", ya me entiendes. Sé que pude haber hecho absolutamente todo infinitamente mejor, lo reconozco, pero estoy encantado.

Hemos reído, llorado, bebido, dormido, cantado, jugado, bailado, hablado, compartido, estudiado, leído, visto, ideado, imaginado; y nada nunca acababa tan bonito como ha acabado, porque el realismo es mágico, es real, y es nuestro. En la imaginación es todo cierto, pero en la vida real es más verídico, más violento; es la mejor vida que hemos vivido. ¿Te gusta vivir?

lunes, 4 de julio de 2011

Y palomas que nos ven pasar

"No quieras hacerme cambiar, no me pidas ese favor."

Pero al final cambié, y sí, fue por ti, por tu culpa.

sábado, 2 de julio de 2011

Oh yeah!

¿Me dirías que eres capaz de cambiar el mundo en 6 días y en el 7º descansar? Porque si me dices que puedes, en serio que me descojono de ti. "Olé por ti", eso sí, pero después una colleja.

viernes, 1 de julio de 2011

Diúa

Juro solemnemente que mis intenciones nunca han sido buenas. Siempre he querido fallar y equivocarme para darme cuenta de mis errores. Siempre he querido volverte a querer. Pero para volver a equivocarme y volver a estar solo. Porque la vida no tiene sentido si no avanzamos.

Más solo

La echó tanto de menos que incluso sangró. Desconocía la localización y tamaño de la herida; ni siquiera sabía la causa de tal añoranza. Simplemente había llegado ahí el dolor y tardó bastante tiempo en recuperarse de las heridas. Lo único que era seguro después de tanto suplicio era que, ahora que no estaba, echaba de menos el dolor. Se sentía cada día peor: había dejado de lado unas cosas para, al final, quedar más solo que el olor que había dejado ella en su cama, más solo que el hueco que había dejado en el colchón. Más solo... Más solo...

Volveremos a vernos

Se dijo del Rey del Norte que cuando bajó de nuevo al sur llevó consigo la Corona, e hizo a "su" Princesa Reina.
Había abandonado el Sur siendo todavía jovencito. La vida le sonreía aún ahora, pero cuando marchó... Ay, cuando marchó. Recordaba como si hubiera sido el día anterior (incluso se le ponía la piel de gallina) la despedida, las promesas hechas. Entre esas ideas que se le habían ocurrido, listaba siempre, en cada una de ellas, el quererlos a todos, recordarlos, honrarlos. Todo cuanto había deseado era volver a aquella tierra en la que tan feliz había sido en tan poco tiempo. Y después de volveremos a vernos, llamarés, e historias, se había olvidado de ella.
"Pero de un tiempo a esta parte decido soñarte", se había dicho. Y soñó con ella. Mucho. Ahora, al volver a verla, las lágrimas no cesaban de caer, derramándose en la arena mojada de aquella playa sin luna en la que tantas noches se habían entregado el uno al otro.