martes, 19 de julio de 2011

Van a dar al mar

No te olvides de mi nombre. Tampoco del tuyo. De ningún nombre, ya designe personas, objetos, sentimientos, sensaciones... No importa de dónde vengas, a dónde vayas, mientras recuerdes esas pequeñas cosas. Porque el mundo es (bastante) grande, y no podemos permitirnos el lujo de olvidarnos de alguien, de dejar a esa persona atrás. Tampoco podemos dejar el pasado atrás. Habrá gente que te dirá que avances, sin mirar atrás. Yo creo que mires atrás, que DEBES hacerlo. No sólo has sufrido, sino que también has disfrutado. Ahora eres quien eres por todo aquello. No fuerces, no huyas, pero NUNCA dejes de mirar atrás de vez en cuando. ¿No estás cansada de querer cambiar?

A veces pienso que no sabemos recordar. Más bien, no distinguimos la diferencia entre recordar y echar de menos. Esto último parece conllevar ciertas connotaciones referidas al presente. Al menos me lo parece. Cuando es excesiva la añoranza, olvidas cómo es lo que echas de menos. Recuerdas el concepto, y que te gustaba, pero ya no lo recuerdas. Que lo recuerdes no significa que lo echas de menos. ¿Ves la diferencia?

No te obligues a olvidar, ya el tiempo pondrá de su parte. Las cosas dejan de existir cuando se olvidan. ¿Cómo decía aquella poesía sobre que "nuestras vidas son los ríos que van a dar al mar"?

No hay comentarios:

Publicar un comentario