sábado, 17 de marzo de 2012

Crítica: El Juego de Ender

Supongo que es el comienzo de una nueva etiqueta, y como no podía ser de otra forma, lo hago pegando fuerte el primer golpe. Un primer golpe emocional para mí, no para el que lea esta primera mala crítica que va a hablar bien de un libro. En otras ocasiones podría hablar de sagas enteras, en vez de libros. Seguramente sería más extensa esa misma entrada que una normal, pero a la larga, si decido hablar de una saga libro por libro es porque algo tiene. Será más algo más puramente subjetivo que objetivo, con toda probabilidad.
Seguramente no me veáis escribir los premios que tiene cada libro, ni qué premios deja de tener.A veces los podría usar para enfatizar, otras como excusa, y mi memoria es demasiada subjetiva.

Pero vamos a empezar la crítica de hoy, la primera, la que seguramente sea más injusta de todas. No sólo por ser la primera, sino por ser EL LIBRO, MI libro favorito: El Juego de Ender, de Orson Scott Card.

Publicado en 1985, El Juego de Ender es un libro de ciencia ficción. Sitúa la sociedad en un futuro lejano (casi un siglo después del año de publicación del libro), décadas después del ataque a la humanidad por unos seres extraterrestres, los "insectores", llamados así debido a su parecido físico con los insectos. La sociedad, a modo de respuesta, se organiza. Los países se organizan, se olvidan de sus problemas pasados para preparar un ejército que pueda defender a la humanidad, y no sólo defenderla. Ender (Andrew) Wiggin, tercer hijo de un matrimonio, es un niño especial. Es el tercero en una sociedad en la que hay control de natalidad. Nadie nunca tiene tres hijos. Ante la capacidad mostrada por sus dos hermanos mayores (siempre influyentes para Ender, uno por lo malo, otra por lo bueno), y lo cerca que estuvieron de ser aceptados para "La Escuela de Batalla", en la que preparan a futuros comandantes del ejército, el Gobierno pide a los padres que tengan un tercer hijo, un tercero. Este, tras un largo tiempo siendo analizado, es llevado a la Escuela de Batalla para ver si podría ser "El Elegido" que pueda llevar a la humanidad a la victoria. Allí se expondrá a golpes continuos, tanto por parte de los profesores, como por parte de otros alumnos, como de su hermano que, a pesar de estar en la distancia, aún le infunde un gran temor. Paso a paso (siempre pasos gigantes), va progresando.
Mientras, todavía en la Tierra, sus dos hermanos, Peter y Valentine, van dejando atrás, también poco a poco, sus diferencias; irán manipulando a la sociedad con comentarios en la prensa, en la que se van desenvolviendo cada vez mejor.

Los acontecimientos de después no los relato. Creo que de aquí no paso.Si parece interesante, creo que con eso debería llegar, parecerá. Supongo que, la segunda parte de la crítica, será una valoración personal del libro.
Supongo que este libro me gustó mucho ya desde el principio, cuando lo leí por ahí en aquella eterna juventud, con 14 o 15 años. No fue, sin embargo, hasta los 19 años que lo retomé. Fue entonces cuando caí definitivamente en sus garras. Es el personaje al que más cariño le he cogido en mi vida, mucho más que V, o cualquiera de Juego de Tronos, Harry Potter, o similares. Un niño pequeño sobrenatural, capaz de demasiado. Más allá de los libros siguientes, que sólo ayudan a ensalzar su figura (como La sombra de Ender, que estoy leyendo). Su sufrimiento, su forma de conocer y querer... No es necesario que haya otro como él, de hecho no es recomendable.

Los libros siguientes, tanto la saga principal como la paralela, son muy recomendables. El personaje crece, y aunque se eche de menos en algunos momentos tanta acción, lo compensa con cuestiones más fuertes, más filosóficas, por decirlo de algún modo. Supongo que con la saga de Harry Potter empecé a descubrir lo que era lectura entretenida, qué me podía ofrecer, pero no fue hasta este libro hasta que por fin me enamoré de un libro. Y no sé si lo haré alguna vez de nuevo, pero no importa. Cada vez disfruto más de los libros. Y espero que, con las siguientes críticas, lo lleguéis a notar.
Si llegasteis hasta aquí abajo, muchas gracias. Os lo he de compensar.

jueves, 15 de marzo de 2012

HaVer Salida


El incesante paso de unas horas que parecen no pasar no soluciona el agobio de unos días en los que predomina la falta de horas de sueño, sobran las horas dedicadas al estudio (por falta de eficacia y eficiencia), una imaginación que parece ir a más, unas ganas predominantes de una cerveza en mano, con el consecuente (y continuamente presente) temor de una despedida (con la imaginación y la Musa) por excesos de (necesidad de) relajación, de paréntesis, de comas, de brevedades más incongruentes que inconsistentes.
Y necesito gritar, encontrar las preguntas adecuadas para unas respuestas que no voy a encontrar. Pero nos levantamos de los golpes, ¿no es así? Más de los que nos auto-infligimos que de los producidos por los demás. Aunque supongo que en el fondo son siempre auto-infligidos, ya que decidimos exponernos al daño.
Y como dicen en aquella tan maravillosa peli, "Mientras no elijas, todo sigue siendo posible." En el fondo, no pasa nada, como decían: "La mayoría del tiempo no pasaba nada, como en una película francesa." No, no creo en el efecto mariposa; muy a mi pesar, ahora mismo no sé en qué creo. Prosigamos, aún así.

martes, 13 de marzo de 2012

Vetusta Morla - Al Respirar (London)


No creo que haga falta decir qué es Vetusta Morla. Mucha gente lo que es. Mucha gente que no, también lo sabe. Pero para mí, ¿qué es? ¿Qué deja de ser? No lo sé. Sé que la voz de Pucho me relaja hasta límites insospechados. Es el grupo que me pone en el estado de ánimo que necesita mi cuerpo. Sea la canción que sea, me anima o me desanima, me salva unos minutos.
Acababan de salir después de tocar "El Hombre del Saco". Sí, todos sabíamos que iban a volver. Cantamos, coreamos varios "lalalala" y varios "lololo" de "Saharabbey Road" para que volvieran animados. Volvieron y tocaron "Al Respirar", el único tema que me quedaba por escucharles en directo. Y me emocionó. Como siempre, ¡para qué mentirme! Pero es que era inevitable. "Al Respirar" tiene esas cosas que no me atrevo a decir en alto, que a veces no me quiero atrever a pensar. Otra vez, como en Santiago en julio y en Burriana en agosto de 2011, después del concierto quería otro más de ellos, porque nunca me es suficiente. Aunque sí que acepté el descanso. No quiero excederme, porque en realidad quiero que sigan así en mi cabeza. Quiero seguir queriendo ir a sus conciertos, comprando (sí, comprando) sus CDs. Mientras, intento hacer algo con mi imaginación.


"Y respirar tan fuerte que se rompa el aire..."

lunes, 12 de marzo de 2012

Copenhague - Londres (10-03-12)

Suena demasiado bien
(aunque por el sonido de mi móvil no sea)

Loooo lolololoooo lolololooooo lolo

Tengo miedo. Lo llevo pensando unos días. Me muevo según recuerdo; recuerdo cómo caminar, qué buscar, qué no. También sé que me meto en los libros cuando vuelvo a tener miedo, cuando no puedo dormir. Por eso cuando me doy cuenta de que es hora de intentar afrontarlos, me vuelve a entrar el miedo; tanto por si acierto en mis temores, como si no. Si sí, es obvio: no quiero repetir; si no, no sé a qué me enfrento.
No sé si me entiendes, supongo que sí. En el fondo tienes la misma alma torturada que tengo yo. Tus tormentos, aunque por diferentes experiencias, son los mismos. Y me da más miedo que haya más gente así, porque esto puede ser una cadena interminable de catastróficas decisiones que no llevarán a más lugar que al olvido, que acaba con un par de almas podridas vagando, buscando.

miércoles, 7 de marzo de 2012

¿Me equivoco?

A mí me pasa que recuerdo qué es un libro cuando acabo de leer uno; sé que es un boli cuando escribo con un Pilot azul en mi mano; sé qué es un amigo cuando me falta; sé qué es hablar cuando callas, qué es reír cuando sonríes y te lo guardas para dentro.
No sé si será mejor tener cuidado. Lo que sí es que unos llevamos más tiempo que otros teniendo cuidado. Y si ahora necesito hacer las paces con mi pasado es porque soy idiota. Yo, que he renunciado al pasado por un futuro mejor que no llega, por un presente que no es, pero que será. Intento hacerme cambiar. Prometo ser diferente, dejar de pensar en varias cosas a la vez, pero no por ello dejar de permitir que mi imaginación vuele. Intento hacerme cambiar; sí, me pido hacerme ese favor.

Que sí.
Que sí.
Que sí.


"Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas."

Atentamente,
Mikel.

P.S.: después de más de una referencia a alguna canción y a algún libro, me voy.

lunes, 5 de marzo de 2012

Sólo Soy un Bicho de Cristal

Una vez acabé "El Temor de Un Hombre Sabio", me entró el agobio. No tengo lectura realmente ociosa por delante, no tengo letras que desmenuzar. Falacia intencional. Sí que tengo, pero vuelvo a tener miedo de escoger mal un libro.
Este libro ha sido una sorpresa. No porque el tema sea interesante porque, como ya he dicho, tampoco es que me sorprenda. Sí lo hacen ciertos detalles, ciertas luces que iluminan ciertas partes de mi imaginación e incluso de mi corazón. Algunas me impiden dormir, ahora mismo. Sí, son las 5.29 de la mañana y no puedo dormir. Quiero dormir y escribir, leer más. Pero es que es esa sensación, ese algo que se me escapa. No sé qué es. No sé cómo poner en palabras todo lo que quiero decir. Mi imaginación parece ver la luz. Y temo que, si no intento focalizarla, dejarla salir, manipularla, darle forma, vuelva a abandonarme, cual musa que se queda dormida. Y tengo miedo. Más del que quiero admitir, porque me hace pensar en todas esas cosas que tampoco tengo y me dan más miedo todavía. Decirlas en alto es, si cabe, más temeroso, más odioso.

"Siempre que me pueda dibujar sobre un naranja impar..."

domingo, 4 de marzo de 2012

Una sombra en la pared

No sé qué siente la gente cuando lee. Quizás no sientan nada en particular, y por eso dejan de leer; pueden, en cambio, sentir algo. No sé qué es, como ya he dicho. Quizás se entretienen y se lo pasan bien, como pueden pasárselo bien las mentes inconscientes que leen Crepúsculo, Eragon, o, incluso, Harry Potter. Puedes también meterte mucho en la historia, llegar a amarla, pasarlo bien con los personajes, quererlos, hacerte feliz y entristecerte con ellos, como me pasa a mí con Canción de Hielo y Fuego, me pasó con la Saga de Ender, o me está pasando con Crónica de un Asesino de Reyes. Para los que me conozcan un poco o hayan leído un par de entradas dedicadas a los libros, os digo que quizás os preguntéis (si no lo habéis hecho, ya os lo digo ahora), por qué no he incluido Harry Potter. Es simple: era niño cuando lo leí, no puedo opinar lo mismo en este momento. No creo que me produzca lo mismo ahora. Probablemente, sólo tenga una carga sentimental vinculada a los recuerdos.
No sé qué es lo que sienten ellos, pero para que yo sea capaz de leer algo y pueda decir que saco algo positivo de su lectura. No digo que me lo tenga que pasar bien, o que tenga que tener una forma y un contenido determinados. Obviamente, no tiene que tener, tampoco, una temática determinada. Si bien es cierto que suelo escoger una temática más "fantástica", "ficticia", no significa nada. Para los que me conozcan ya un poco más a fondo, sabrán que me resulta hartamente complicado leer poesía. No por ello digo que sea menos, que merezca menos prestigio en estilos de "literatura". Por supuesto que no. De hecho, para vuestra sorpresa, estoy gozando mucho el curso de Renacimiento Inglés. Admito que soy yo el primer sorprendido. No me lo esperaba. Pero he aquí la cuestión del asunto: está consiguiendo recuperar mi imaginación, de un modo u otro. Me encontraba en un momento de mi vida que no era capaz de sacar mi imaginación de ningún lado, de ningún modo: ni con hilos, ni a palazos, ni amablemente, ni nada. Era imposible. Y he aquí yo en las clases de Renacimiento Inglés, disfrutando con la poesía Renacentista, imaginándome, tras leer "The Faerie Queen", a un dragón que decide salir de casa para matar caballeros y que tanto hombres como dragones hablen de él, canten su honor. No sé si seguís el hilo marcado por la entrada hasta ahora. Si al principio hablaba de qué saca la gente de la lectura, y ahora os vengo diciendo que estoy disfrutando de la lectura de textos renacentistas ingleses. Pues sí hay conexión. La cuestión es que espero que me aporten imaginación, retales de imaginaciones, de ideas; tienen que aportarme suficiente para hacerme querer escribir, para que saque a relucir mi imaginación. Por eso creo que siempre le guardaré cierto cariño al Renacimiento, porque están sacando de mí esa parte que creía perdida. Además, ellos hacían algo que a mí me parece la mejor forma de estudiar literatura: leían y, después de ello, intentaban hacer algo del mismo estilo; era un reto, un "challenge", que dijimos en uno de los seminarios.
Y si "el poder reside donde el hombre cree que reside", definitivamente, yo creo que el poder reside en la imaginación. No sólo eso, sino también en la forma en la que la desarrollas. Porque no diré que la literatura es estrictamente necesaria para vivir en sociedad. Lo es para mí, y para otra gente, pero no es estrictamente necesaria. Este patrón puede llevarse a la medicina, a la música, a la arquitectura... ¡yo qué sé! Muchos sitios donde la gente sí necesita desarrollarse, meterse en un mundo en el que sí pueda aportar algo, y en el que la gente se lo pueda apreciar. Porque sí, yo, a pesar de escribir mal, de escribir cosas que no vienen a cuento, sensaciones a veces incomprensibles, que no deberían ponerse por escrito, hay gente que me dijo que lo hago bien, que tengo que seguir en ello. Y supongo que sigo en ello también por eso, no sólo porque soy bastante pesado para mantener este deseo con el que llevo suficientes años, este deseo "infantil", si lo quieres llamar así.
He de decir que "El Temor de Un Hombre Sabio" me está sorprendiendo para bien. No por el tema en sí, que simplemente me parece interesante. No me parece un libro tremendo, pero sí me está sacando esa vena de amor a la lectura, esa sonrisita que me saca de vez en cuando, esas tantas citas que estoy anotando. Sí, espero conseguir un día producir esta misma sensación en la gente, que alguien me diga que es bueno de verdad, no que me diga que está muy bien porque es mejor de lo que ellos podrían escribir. Sí, también creo que a veces tengo una ambición desmedida, pero intento ser autocrítico. Disculpad mi osadía.


"The things we read about* are not like life,
but the experience of reading is like living" C.S. Lewis


(en realidad dice "about in Fairie Queene")

sábado, 3 de marzo de 2012

Eterno vagar

He estado pensando en la música. Más. De otro modo. Es inevitable, en 7 días estaré viendo a Vetusta Morla en directo en London, y en unas semanas estaré en Madrid viendo a Iván Ferreiro. Me hace preguntarme a qué grupos he visto, a cuáles volvería a ver (estos dos, obviamente), a cuáles me habría gustado ver, de cuáles me arrepiento, a cuáles iría por primera vez.
A la primera pregunta, respondería, del tirón, y sí, avergonzándome también (aunque supongo que la edad lo permite y el hecho de que algunos conciertos fueran gratis también ayuda), diría Joaquín Sabina (x2), Estopa, La Oreja de Van Gogh (muerto), Amaral, Fran Perea (re-muerto), Mägo de Öz, Pereza, Iván Ferreiro, Vetusta Morla (x3, casi x4, y después de verano x5), Love of Lesbian, Supersubmarina, Dorian, Los Últimos Bañistas, Russian Red, La Fuga (sin Rulo), Lamatumbá...
A la segunda, creo que es obvio: los que repetí, repetiría. A los que voy a repetir por primera vez, como Love of Lesbian y Russian Red, e Iván Ferreiro. Obviamente, LoL los quiero volver a ver; Russian Red entra en el bote de Sonorama 2012. E Iván Ferreiro, quizás por la herida de lo cutre que había sido en el FAX, tanto por mal sonido, como duración. Después, creo que a Pereza podría volver; Supersubarina sin duda; de los demás, quizás la sorpresa sería Amaral. Sí, me parece que tiene una voz muy buena en directo, y disfruto de bastantes de sus canciones. Bueno, creo que de Vetusta Morla es bastante obvio que iría una y otra vez. Quizás la primera vez no fui consciente de ellos, pero la segunda supuso un choque emocional suficientemente fuerte para ser un incondicional; de Sabina no hace falta hablar, ya que incluso siendo un renacuajo disfrutaba de sus canciones.
A la tercera pregunta, sólo hay una respuesta, siendo sincero y bastante capullo. Creo que disfrutaría mucho (y también lloraría) con Antonio Vega. Fuera el estado que fuese en el que se encontrara, creo que habría sido un lujo.
¿De cuáles me arrepiento? Claramente, en su momento me divertían, pero no estoy orgulloso de haber ido a ver a La Oreja de Van Gogh. Fran Perea, sin duda. No me gustaba nada de aquellas, pero era gratis, eran las fiestas de Ourense... ¡éramos todos jóvenes! Russian Red supuso una decepción tremenda en directo, y supuso también un cambio en mi percepción de su grupo y de su persona. No me arrepiento, pero no creo que volviera a verla si no fuera por Sonorama.
¿A quién iría a ver por primera vez? Lori Meyers, sin duda alguna. Deben tener un directo impresionante. Pero hay alguien a quien iría antes que a nadie: Xoel López. Sí, un artista de tomo y lomo, del que me arrepiento de no haber conocido antes como músico. También entra Sidonie, a los que casi tuve la oportunidad de verlos en directo en Ourense el 17 de septiembre de 2011, si no fuera porque me iba ese mismo día de Erasmus. Afortunadamente, los veré en Sonorama. Cambiando a grupos en inglés, me gustaría ver a The Fray. No sé qué tal serán en directo, pero es lo de menos. Me dicen suficiente como para querer verlos en directo. Por los demás, seguramente estarían incluidos Maga (Sonorama), We Are Standard (igual), Michael Bublé, Rob Thomas, Coldplay, Andrés Suárez, Tontxu, Quique González, Gavin DeGraw... grupos que me gustan, sólo por canciones o por álbumes enteros, pero que tampoco me mataría por verlos en directo.

Y después de un análisis tonto y sin sentido, quizás venga la parte crucial del tema: ¿podríais, por favor, responder vosotros a las mismas preguntas que acabo de responder yo? Y si me falta alguna pregunta que se os ocurra, podríais añadirla, claramente. Y si me olvido de algún concierto, disculpen las molestias.

Esperando Nada

Sigo diciendo que lo que más aprecio de mí es mi imaginación. No sólo porque dicen que la imaginación es una capacidad envidiable (y a veces envidio mi propia capacidad), sino porque es lo que me da vida, me da alas. Sin ella, no creo que fuera capaz de hacer algo con un mínimo de sorpresa. Quiero vivirte, sentirte. No te vayas, quédate conmigo un poco más, acaríciame, déjame sentir que tú también me aprecias. No quiero sentir que sólo tú aportas, necesito devolverte el favor.
"Un día cualquiera no sabes qué hora es..."


It's not my imagination... I'm hers.

viernes, 2 de marzo de 2012

Arreglar nevadas de fuego

Quizás la verdad sea una e inseparable, pero a mí no me basta. Puede que yo quiera decir que la verdad la entiende cada persona de un modo, y que la gente la acepta según le conviene. No creo que yo diga A sabiendo que es B porque crea que A es cierto, sino porque quiero que C sea cierto. Bueno, quizás hasta cierto punto. Pero la cuestión es que uno se miente a sí mismo, miente a los demás para que algo sea cierto. Cuanto más se acerque X a la verdad, más verdadero será. Por eso digo que me gusta el ser humano, porque quiero creer que tenemos capacidad de superación.