jueves, 15 de marzo de 2012

HaVer Salida


El incesante paso de unas horas que parecen no pasar no soluciona el agobio de unos días en los que predomina la falta de horas de sueño, sobran las horas dedicadas al estudio (por falta de eficacia y eficiencia), una imaginación que parece ir a más, unas ganas predominantes de una cerveza en mano, con el consecuente (y continuamente presente) temor de una despedida (con la imaginación y la Musa) por excesos de (necesidad de) relajación, de paréntesis, de comas, de brevedades más incongruentes que inconsistentes.
Y necesito gritar, encontrar las preguntas adecuadas para unas respuestas que no voy a encontrar. Pero nos levantamos de los golpes, ¿no es así? Más de los que nos auto-infligimos que de los producidos por los demás. Aunque supongo que en el fondo son siempre auto-infligidos, ya que decidimos exponernos al daño.
Y como dicen en aquella tan maravillosa peli, "Mientras no elijas, todo sigue siendo posible." En el fondo, no pasa nada, como decían: "La mayoría del tiempo no pasaba nada, como en una película francesa." No, no creo en el efecto mariposa; muy a mi pesar, ahora mismo no sé en qué creo. Prosigamos, aún así.

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