jueves, 6 de septiembre de 2012

Lo que nos queda por pasar.

Yo no creo, para nada, en el libre albedrío. Sí, creo que podemos tener que ver mínimamente en la toma de nuestras decisiones, pero no somos los dueños y señores de ellos. No creo por ello que haya una fuerza superior que nos guíe y escoja por nosotros, no hay una fuerza "divina". Sí se puede decir que lo divino es lo natural. La selección natural, que siempre tiene lógica, aunque no humana. Nuestro entendimiento puede llegar a alcanzar ese conocimiento, pero no siempre. Si somos así somos porque lo hemos conseguido a través de nuestros medios, pero también porque la naturaleza lo ha querido así. No creo en la casualidad, para nada; a mí edad, y ya no creo que exista. Sólo la ilusión de la casualidad. Toda decisión es la correcta, porque es la que te lleva al final. El final de algo, que es lo que importa. Quizás no haya sido la "mejor" decisión, la que desde un punto de vista más egocéntrico haya sido la "más buena" para uno mismo, o para los demás, pero es lo correcto, lo acertado.

Es altamente probable que no estés de acuerdo con lo que he dicho, y también es, con incluso mayor probabilidad, que no haya escrito todo, no me haya explicado suficiente como para hacerme suficientemente claro, pero recordad que este es el espacio de un bloguero de mierda, y son los minutos paranoicos que me han entrado después del café.

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