miércoles, 9 de febrero de 2011

Articulando palabras

No hay tiempo perdido, ni tiempo malgastado; hay tiempo del que aprendes. Puedes aprovecharlo más o menos, por supuesto, como todo. Hay conversaciones en las que no llegas a saber nada nuevo, en las que, simplemente, expones ideas y te cuentan otras nuevas, recibiendo perspectivas nuevas y, de vez en cuando, afianzando algunas propias de antes. Son ese tipo de conversaciones en las que descubres qué tipo de personas son las que quieres en tu vida, porque yo quiero a gente así, que me hable como me han hablado hoy: con (al menos algo de) conocimiento de causa y, ante todo, respeto. ¿Cómo no querer a alguien así como amigo?

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