lunes, 31 de octubre de 2011

Vicio #4: Deshacerse de sus vergüenzas

La mujer asesinada se encontraba sentada en una silla, con las manos atadas por detrás por una cuerda que la mantenían agarrada al poste de detrás de la silla. Estaba semidesnuda; se le veía el torso desnudo lleno de tatuajes, y la sangre que le bajaba del cuello parecía dividir sus tatuajes en dos grupos. En la parte de la derecha, había, como tatuaje más destacado, una foca con pendientes, colmillos de vampiro, falda y tacones. La completaban otros animales normales de todo tipo por los brazos: desde un caballo, hasta un gusano, pasando por un perro y un gato teniendo sexo. En la izquierda, había cuatro angelitos formando un círculo, cogiéndose entre sí las manos. De sus bocas, salían corcheas y negras. Parecía representar más tranquilidad que la otra, que era un "p*** caos", como le había dicho su compañero. En lo respectivo a cómo fue asesinada, sólo se veía el corte del cuello que, a pesar de no ser muy profundo, parecía suficiente. "Apesta a alcohol", le había dicho su compañero. También tenía el hueco entre la nariz y el labio superior rojo y, si se fijaba uno bien, se podían ver restos de cocaína. "¿Qué pretendes decirnos con esto?" Salió del local y se encendió un cigarrillo. Las luces de la figura de mujer que había a la entrada del edificio eran suficiente luz para ver que había alguien a su izquierda un poco alejado. Miró.

No hay comentarios:

Publicar un comentario