domingo, 9 de diciembre de 2012

Tras 'The Sandman: Volumen 6'.

Quizá me meta demasiado en lo que leo y me gusta; quizá me entrego muy rápida y fácilmente a palabras escritas. Lo que ocurre aquí y ahora mismo es que he acabado el 6º volumen de The Sandman, llamado Destino en español. Si bien no es el final, en parte lo es. Dos veces.
Desde el primer capítulo del primer volumen me metí muy de lleno, y me dio miedo desde ese mismo momento. Desde entonces no soy el mismo, desde entonces no sueño igual. Es una obra total que, sin hablar de cosas bonitas, o sentimentales, si quieres, puedes decir que es todo amor con distintas formas. O nada de eso. Si bien es cierto que muchos libros me hacen sentir orgulloso de ser humano, nada tan contemporáneo me ha hecho sentir parecido, o nada escrito, siquiera.
No pretendo decir de qué va. Ya lo he dicho más de una vez, pero puede que haya sido un error, viendo que ya no se reedita. Por suerte, yo los he empezado a comprar poco antes de que fuera imposible encontrar en las tiendas. Por eso, cuando lo tengo entre mis manos y más o menos en el centro de mi ceja, siento una joya violándome los ojos y el cuerpo de los ojos al corazón, pasando por la espalda con un miedo que me atenaza los nervios.
Muchas gracias, Neil Gaiman.

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