viernes, 2 de septiembre de 2011

Vicios perfeccionados

No es ciudad para mí. No es para alguien que necesita acabar ya una etapa que tan lentamente parece transcurrir y tantas cosas malas tiene alrededor.
Si tienes tu vida hecha y te satisface, no puedo más que felicitarte, obviamente. "Olé", y se acabó. Pero para alguien que ya no busca tanta vida social como te ofrece el pueblo/ciudad de paso/intento de capital cultural, no, gracias. Quizás se achaque a que siempre quise ser mayor de lo que soy, a vivir con más estabilidad de la que tengo, a pasar de las compañías innecesarias que nunca debí tener. Porque claro que te ofrece diversión, un mínimo de esfuerzo de tu capacidad social. Incluso te hace dudar de lo que quieres en realidad, pero estoy harto de ti, Santiago. Así como al principio te pedía tiempo, ahora te pido espacio. Quítame tiempo si puedes darme espacio.
Quiero un sitio en el que hagas menos amistades, pero que sean como las que haces de verdad, como las que se han hecho ahí. Sí, es cierto, lo otro, bien visto, no son amistades; pero es una de las cosas en las que te confunde. Te da muchas cosas, y ya no sabes distinguir. Noches, días, risas, cosas serias... Un exceso de semanas divertidas te pierde la mente, te confunde.
Lo que siempre he querido, he buscado, es una CIUDAD; grande, con posibilidades, gente de verdad. Gente joven que sabe lo que quiere. Jóvenes inteligentes y comprometidos con los de alrededor, no simples marionetas de Narciso y Baco (y algunos incluso de Edipo). Una ciudad que te ofrezca cultura de verdad, no cultura de estudiante. Una ciudad en la que vivas de verdad, porque eso no es vida. De estudiante, sí. Pero, ¿a quién le gusta la vida del estudiante? 100%, digo.
Cada uno tiene que buscar un vicio que sea bueno para con la sociedad, que aporte algo.. El mío, quizás peco por exceso, es buscar responsabilidades. No dejo de buscarlas, porque de momento no he encontrado. Sí, he sentido ilusiones de responsabilidad. He creído que quiero escribir porque la gente tiene que aprender de mí, pero no es necesario. La gente acaba aprendiendo por su cuenta. Quizás lo que mejor se me ha dado es querer querer. En eso no hay quien me gane.

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