lunes, 22 de agosto de 2011

Cejas ajenas

Era un niño tímido y un poco bobalicón que fue aprendiendo con los años. Ahora se acercaba a la media. Había mucha gente alrededor que había intentado ayudarle, por mucho que le costara.
Supo, de primera mano, o más bien de primer pie, qué le hizo Magic Johnson a Michael Jordan, que las golosinas en forma de mora (no conocía su sabor) tenían cierto veneno que te dejaban inconsciente durante unos segundos. Recuerda especialmente a un amigo (disculpa, un AMIGO) que le tomaba el pelo (q veces incluso de forma literal).Aprendió también que es escasa gente la que dice la verdad, y hay gente que utiliza la mentira para decir la verdad. A veces, simplemente para hacer gracias, por el mero hecho de divertirse, sin favorecerse de algún modo. Sí, en su momento se creyó tener un amigo chino, o incluso que su buzón era automático y le dejaba la ls cartas encima de la mesa de la cocina.
No escogió qué aprender en la vida, ni de quién aprender. Tuvo suerte de estar bien rodeado, porque después sí aprendió a escoger a las personas de quién, y así, mínimamente, aprender cómo aprender.
Porque aunque aún ahora siga hablando más veces dormido que despierto, y la expresión oral no sea su fuerte, sabe que hay gente que lo considera un CAMPIón. Y con razón. "Qué suerte tienes, capullo!"

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