martes, 2 de agosto de 2011

Vicio #2: No saber perder.

El cadáver de hoy tenía distintos símbolos al de la última vez. Este estaba rodeado de un círculo, también dispuesto en el suelo, al igual que el cadáver. La única herida del muerto (otra vez un hombre), estaba situada, como ya ocurriera en el caso anterior, en el corazón; pero no en el corazón mismo, sino un poco más abajo, rozando las costillas flotantes. A diferencia del último, este había sido herido con lo que parecía un utensilio afilado, de muy poco grosor, como si fuera una espada de esgrima, pero con más punta.
De la herida, de la que había salido mucha sangre, salían cuatro líneas que llegaban hasta el círculo que rodeaba el cuerpo. Incluso el círculo parecía estar hecho de sangre. En cambio, lo que no eran las líneas, había sido pintado todo de blanco. ¿Qué quería simbolizar aquello? ¿Tenían algo que ver los pinchazos de los brazos?
Nada más llegar, su compañero le había dicho, en broma, que parecía una ficha de poker. ¿Tendría algo que ver? El último asesinato parecía tener que ver con el simbolismo religioso, pues el muerto era un adúltero confeso, habiéndose divorciado al menos dos veces. ¿Podría ser este un jugador empedernido?

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